Periódico digitales de izquierdas

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El informe de este año llega en medio de una pandemia sanitaria mundial sin precedentes en los tiempos modernos y cuyas consecuencias económicas, políticas y sociales aún se están desarrollando. La gravedad de esta crisis ha reforzado la necesidad de un periodismo fiable y preciso que pueda informar y educar a las poblaciones, pero también nos ha recordado lo abiertos que nos hemos vuelto a las conspiraciones y a la desinformación. Los periodistas ya no controlan el acceso a la información, mientras que la mayor dependencia de las redes sociales y otras plataformas da a la gente acceso a una gama más amplia de fuentes y “hechos alternativos”, algunos de los cuales están en desacuerdo con los consejos oficiales, son engañosos o simplemente falsos.

Gran parte de los datos de esta publicación se recopilaron antes de que el virus afectara a muchos de los países incluidos en esta encuesta, por lo que en gran medida representa una instantánea de estas tendencias históricas. Pero para tener una idea de lo que ha cambiado, repetimos partes clave de nuestra encuesta en seis países (Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, España, Corea del Sur y Argentina) a principios de abril. Estas respuestas confirman los datos del sector, que muestran un mayor consumo de las fuentes tradicionales de noticias, especialmente la televisión, pero también de algunas fuentes de noticias en línea.

Periódicos de izquierda

El conservador Partido Popular y los socialistas se han visto obligados a compartir el espacio político con el partido de izquierdas Podemos y la derecha liberal Ciudadanos durante los últimos años. Simultáneamente, los periódicos tradicionales como El País, El Mundo o ABC también han perdido su dominio en favor de nuevos medios, en su mayoría puramente digitales, como eldiario.es o elconfidencial.com. Algunos de los nuevos actores están ahora en una liga similar a la de los antiguos, en términos de credibilidad, número de lectores e historias exclusivas.

La recesión, que puso de relieve una ola de escándalos de corrupción en la política, fue también el punto de partida de un cambio radical en el panorama de los medios de comunicación. En 2011, esta combinación dio lugar a las masivas protestas del movimiento ciudadano 15 de mayo (15-M). “Los nuevos medios de comunicación son, en su mayoría, hijos de la crisis económica y política”, explica Ignacio Escolar, fundador y director de eldiario.es, uno de los periódicos online más leídos de España. “La crisis política provocó una pérdida de confianza en las instituciones, que afectó no sólo a los partidos políticos, sino también a los medios de comunicación.

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¿Es sorprendente? En el pasado, el hallazgo, cortesía del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo y una muestra de 2.013 irlandeses, podría haber parecido más extraño que hoy. Ahora parece seguro suponer una correlación entre el consumo de periódicos y la edad, y explicarlo invocando el tópico de que la gente se desplaza hacia la derecha a medida que envejece.

En una sesión informativa de la Autoridad de Radiodifusión de Irlanda (BAI) sobre el informe (que financió el análisis de los datos irlandeses por parte de DCU FuJo), el defensor del pueblo de la prensa, Peter Feeney, observó que no había un desglose equivalente para la forma en que la gente se veía a sí misma en relación con etiquetas como liberal y conservador, progresista y tradicional.

Opiniones de centro-derechaEl episodio destaca cómo en las últimas elecciones generales, una encuesta a pie de urna de RTÉ pedía a los votantes que se situaran en una escala de cero a diez, en la que cero era “muy de izquierdas” y 10 “muy de derechas”. La puntuación media de los votantes fue de 4,98, los partidarios de Fine Gael obtuvieron una media de 5,84 y los de Fianna Fáil, de 5,7.

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Tanto los medios de comunicación oficiales como los liberales en Rusia dijeron a la población que la guerra no iba a llegar – hasta que de repente lo hizo. La incapacidad de Vladimir Putin para movilizar a la opinión pública le ha arrastrado a una guerra potencialmente larga e impopular.

Si Vladimir Putin pensaba que el apoyo interno a su guerra contra Ucrania sería universal, parece haber calculado mal. Desde profesores y abogados hasta artistas, periodistas y clérigos, los rusos han asumido inmensos riesgos para pronunciarse contra la guerra.

Más del 70% de los habitantes de Nairobi viven en apenas un 5% del espacio residencial de la ciudad. La policía keniana está desplazando -y a veces incluso matando- a estos residentes para hacer sitio a promotores inmobiliarios y autopistas para los ricos.

Las últimas sanciones occidentales suponen una “guerra económica y financiera total contra Rusia”, según un ministro de finanzas europeo. Hay pocas razones para esperar que esto detenga la guerra de Putin, pero supondrá un desgaste a más largo plazo que perjudica principalmente a los rusos de a pie.

Vladimir Putin afirma estar defendiendo a la población en el Donbás. De hecho, los estados controlados por el Kremlin allí están dominados por el gobierno militar y la represión de los trabajadores organizados – un indicador preocupante del futuro que Putin tiene reservado para las regiones vecinas.